La Orden de San Juan de Jerusalén apareció entre 1048
y 1050 en Jerusalén, contó con el apoyo de sucesivos papas y monarcas. Su
cometido consistía en la recuperación y el mantenimiento de los Santos Lugares,
para la cristiandad, y en socorrer a los peregrinos que a ellos se dirigían.
Al hacer su
aparición en España los primeros Hospitalarios pasaron prácticamente
desapercibidos para el común de la poblaciòn aragonesa. Pero el nuevo giro de
los sucesos políticos tras la muerte del Batallador, los acuerdos con el Pontificado y la posesión a partir de este momento de bienes de cierta
envergadura en Aragón, pusieron en alza el prestigio de las Órdenes Militares
en el Reino.